¿Qué por qué? Virgen, puta y princesa, coyote, correcaminos y proxeneta. Cristo en el talego, buitre en Monfragüe, Pepe Botika y castillo de arena. Carnicero de carceleros, diablo con perras, borracho, camello, músico, escarabajo y poeta. Y por si fuera poco, su corazón, mitad de coca y de caballo, dejó de latir hace tan solo unos días atrás. Venga, ¿cuánto más necesita convencer?
Ya están tardando
Señoras y señores, peces gordos de la industria cinematográfica, no lo intenten negar, su historia es perfecta para la gran pantalla. Ahora que escasean las ideas y las películas de músicos se reproducen como esporas, es el momento del biopic de Robe Iniesta. Así que, productoras, distribuidoras y cineastas, disculpen mi tono pero ya están tardando. ¡Hasta Los Planetas tienen el suyo!
Y no, no me vengan con que necesitan tiempo y dinero, se lo pido por favor. Saben igual que yo que, en cuanto a ídolos musicales, la calidad de las películas es lo de menos. Aquí hablamos de sentimientos.

¿Qué el producto será convencional y mediocre? Pues como suelen ser todos los biopics de músicos icónicos, nada nuevo bajo el sol. El último ejemplo lo crearon ustedes mismos no hace más de un año. Si con «Segundo Premio» (2024) rozaron (de lejos) los Oscar, con el de Robe llegan y arrasan, háganme caso. Bueno, con el de Robe y un poquito de suerte, claro.
Y con suerte me refiero al nivel de sus competidoras. No todo depende de nuestra cinta, también de las otras, pero eso ustedes ya lo saben. Aunque sinceramente, viendo lo que vimos en la pasada gala, muy mal lo tendríais que hacer para no llevaros ni un Goya. Y en cuanto al panorama internacional la cosa no está mucho mejor.
Robe triunfa en Hollywood
Con esto del cine y los músicos todo es cuestión de perspectiva. Para el público, en general, suele ser un auténtico mojón, pero si hablamos de negocios, el biopic es la mejor manera de ganar dinero sin correr apenas riesgos. En Hollywood, la caricatura de Bob Dylan dirigida por James Mangold consiguió 8 nominaciones a los Oscar, y su protagonista, el guapo Timothée Chalamet, casi gana la estatuilla poniendo cara de estar oliendo un pedo.
Y es que, llámese Amy, «Elvis» o «Un completo desconocido», todas acaban ensalzando al mito. No importa si son repetitivas o de estilos distintos, convencionales, respetuosas, desenfadadas o polémicas. Mismo patrón e idéntica fórmula. Eso sí, gusten más o gusten menos es innegable que funcionan, pero ¿de verdad son tan buenas? Personalmente me quedo con «Better Man», al menos el de Robbie Williams intenta ser original. Espero que estén tomando nota.
Pero no se equivoquen, con eso no quiero decir que un chimpancé interprete a Robe. No, si hablamos de actores lo tengo claro y decidido. Mario Casas protagonista. Ya me lo puedo imaginar, desmedido y exagerado por las calles de Plasencia. Joven anónimo busca una estrellita pequeñita pero firme, y la encuentra: «¡Qué no, qué no es pa mí!, qué es pa otro que, también, se está quitando».
Y para finalizar, al margen de pulir los detalles, deberíais hablar del título. Señoras y señores, peces gordos de la industria cinematográfica, mi compromiso con la película es total y por si no lo había comentado antes, completamente altruista. Como muestra de mi buena voluntad les propongo un nombre. Apunten bien, señores de la industria. Fondo blanco, letras mayúsculas y en negrita: «IROS TODOS A TOMAR POR CULO». Sin más.
Atentamente, Jesucristo García.









