Yorgos Lanthimos parece haber perdido la mesura a la hora de brindarnos nuevos proyectos, el griego encadena tres películas en apenas dos años. En esta ocasión, reinterpreta un singular filme de culto surcoreano y la pregunta con este cineasta ya no es si la película será extraña, sino si esa extrañeza responderá a algún tipo de coherencia o a un simple capricho de un autor que sabe que vende entradas. Tras su visionado, me inclino ligeramente hacia lo segundo.
Un Yorgos cobarde
En primer lugar, quiero reconocerle su maestría para mantener una tensión sustentada en la nada, es de admirar. Bugonia (2025) se fundamenta sobre una pregunta, un duelo psicológico entre la paranoia conspiranoica y la frialdad corporativa, donde Lanthimos quizá se pasa de ambiguo. Y es que el guion nos encierra en un sótano con una atmósfera viciada, construida con criterio para mantenernos expectantes, deseando así una resolución a la altura. El problema es que el director parece quererse demasiado a sí mismo y muy poco al espectador.
Una vez germinada la semilla de la duda en cada una de las butacas, todo se atasca, se siente más torpe. Este problema de ritmo, que juguetea con lo repetitivo, delata al griego: la ambigüedad que al principio era una virtud se revela como un gesto cobarde. Lanthimos en su vertiente más autocomplaciente se niega a tomar partido en lo que ha creado y culmina en un acto final que solo puede definirse como un despropósito; estamos delante de una conclusión que no se siente trabajada, sino impuesta, más preocupada por impactar que por mantener la coherencia temática del conjunto.
Salvando los muebles
Y si bien el griego peca de vanidoso, este sigue mostrando su dominio detrás de las cámaras. Compone planos de mérito que consiguen impactar desde lo sutil. Sin embargo, existen decisiones como los 4:3 que lejos de sentirse justificadas parecen más un tic autoral que una decisión estética meditada. A la banda sonora le sucede un fenómeno parecido, y es que aun siendo potente y atmosférica el griego vuelve a confabular en contra del espectador utilizándola en momentos donde no acompaña generando así un divorcio entre lo que se ve y lo que se oye.
Si este ejercicio fílmico de autocomplacencia no se derrumba es en parte gracias al trabajo actoral de Emma Stone y Jesse Plemons. Estos sostienen el relato cuando el guion flaquea y lo peor de todo es que sin ellos estaríamos delante de un ejercicio de estilo carente de un contenido sustancial apreciable por nadie más que por su director.
Lo que pudo ser
Bugonia (2025) deja en el espectador la frustrante sensación de haber presenciado una obra brillante en sus partes, pero fallida en su totalidad. Lanthimos redunda en sí mismo, es un enamorado de su propia caligrafía y en ese proceso se olvida de un espectador que pone todo de su parte pero que se siente emocionalmente abandonado cuando se le entrega un producto de un gusto tan propio.
¿Dónde ver Bugonia?
Disponible en salas españolas desde el 7 de noviembre de 2025
Ficha Técnica
Título original: Bugonia
Año: 2025
Duración: 118 min.
País: Irlanda
Director: Yorgos Lanthimos
Guion: Will Tracy, Jang Joon-hwan
Reparto: Emma Stone, Jesse Plemons, Aidan Delbis, Stravos Halkias, Alicia Silverstone
Género: Comedia, Ciencia Ficción, Thriller, Remake
Calificación: 6’5/10








