Leaving Las Vegas, dirigida por Mike Figgis

«Leaving Las Vegas» (1995), un drama digno de Shakespeare

Mike Figgis maneja todos los hilos de Leaving Las Vegas: música, dirección y un guion magnífico, con diálogos y silencios que llegan al alma. La versión jazzística de My one and only love, de Sting, rejuvenece la variante de John Coltrane a un tema que popularizó Frank Sinatra en la década del 50. Tema principal de una serie de melodías interpretadas por Sting.

El guion es extraordinario, sus variados colores dentro del ambiente nocturno, unas escenas muy bien construidas donde dos actores en estado de gracia interactúan de forma perfecta. Ambos están imbuidos en sus roles: Nicolas Cage parece un alcohólico de verdad, con esos cambios bruscos de humor, y Elisabeth Shue (actriz cuya carrera ha ido en picada) también mereció el Oscar que si fue obtenido por Cage.

Sera es una prostituta de muchas aristas, muy profesional en el negocio del placer, pero conecta de manera profunda con Ben, un guionista que ha sido despedido de un estudio de Los Ángeles.

Desde un comienzo él la trata como una persona y cuando ella lo invita a su departamento, deja claro que no podrá pedirle que abandone la bebida, de hecho, Ben tiene recursos para un mes y piensa que en ese lapso debería morir fruto de su adicción.

Un amor improbable

Se trata principalmente del derrumbe de este hombre sin familia y sin trabajo, en algún momento renuncia al ser humano, por lo que la historia se centra en Sera, su punto de vista, a ratos desplegado en sus confesiones al psiquiatra. Su papel como meretriz es tan convincente como el papel de Nicolas Cage. Pero es la innegable química entre ellos la que irradia una profunda humanidad.

La hebra sensible de Sera, comprensiva y de una bondad que choca con su profesión. Hay segmentos con su antiguo proxeneta y otro con unos muchachos desalmados, que sacan a Leaving Las Vegas de este extraño romance y nos hacen volver a la oscura realidad.

Es una historia de amor improbable, de dos personas al margen de la sociedad. La historia retrata mundos sórdidos y sin esperanza, muy alejado de las buenas costumbres.

Escenas angulares de «Leaving Las Vegas»

La primera escena de Leaving Las Vegas es cuando comparten intimidad por primera vez. Es un momento sin banda sonora, el silencio interrumpido sólo por sus voces. Una felación, maldita sea, y el diálogo es tan tierno.

Ben le pide que se quede, que el dinero no es problema, que en la habitación hay alcohol, «quédate y hablemos, escuchémonos… sólo quédate». Una escena asimétrica donde él muestra gran tacto para invitarla y ella en una posición vulnerable al máximo, creo que en ese momento se enamora y una música delicada le da espesor a ese encuentro de dos almas.

En la segunda escena, Sera ha tenido el último encuentro con su proxeneta (Julian Sands) y ella, a última hora, acepta la invitación a cenar que le hiciera Ben.

Ya alcoholizado está encantado de salir con ella y comparten un sencillo plato de tallarines. El tema principal de Sting nos hace saber de este momento importante, el diálogo no es muy profundo, se trata de la primera cita, al cabo de la cual ella lo invita a vivir en su hotel. Romántico, las luces de Las Vegas parecen más luminosas que nunca.

Cine dentro del cine

Sera lo invitará a un tranquilo lugar en el desierto, para sacarlo un poco del alcohol excesivo. Es la tercera escena clave de Leaving Las Vegas, ven una película junto a la piscina, nada menos que El tercer hombre (1949), de Carol Reed, cinta que concluye con un final opuesto al de Casablanca (1942), de Michael Curtiz, un anticlímax donde los examantes se dan la espalda en completa indiferencia.

Creo que Mike Figgis quiso mostrar la antítesis, dos amantes que se entienden pese a sus diferencias, ella se posa sobre él y se vierte whisky directo de la botella. Una voz muy similar a la Joe Cocker hace recordar esas tomas vacías de Nueve semanas y media (Adrian Lyne).

Sera se desnuda porque entiende que el alcohol sobre sus senos son el Olimpo para un hombre como Ben. Nuevamente hay amor en esta escena y la imagen se distancia de la típica fantasía masculina, un acierto de Declan Quinn en la fotografía.

A estas alturas, esta magnífica película filmada en 16 mm por falta de presupuesto, no se trata de un divertimento, sino de una experiencia vital, un amor incondicional sin pedir nada a cambio, respetando cada uno de los amantes la esencia del otro.

Y luego viene el baño de realidad: Ben cae sobre una mesa de vidrio y se hiere la espalda. La encargada que nada entiende esta historia de amor, le pide a Sara que no vuelvan nunca más.

Un amor digno de Shakespeare

La cuarta escena de Leaving Las Vegas es desgarradora. Ben la ha engañado con otra prostituta y tiene sexo en la misma cama. Sera lo ama, no aguanta que él no dimensione lo que ella siente, y lo echa de su hotel. Ella sale a trabajar y unos adolescentes brutales le provocan gran daño con sus vejaciones violentas.

Sera tiene el rostro herido y lo buscará hasta dar con su cuarto de hotel. En esta escena cúlmine, Ben sufre los últimos estertores de su adicción y no se puede levantar. Sera se coloca delicadamente sobre él (a la inversa del primer encuentro ella lo observa desde arriba) mientras provoca una erección sin importar el alcohol ingerido y ella pese al dolor en sus entrañas le hace el amor. El dolor de la escena denota sacrificio, sinónimo de un amor único. La música se vuelve sacramental, fúnebre incluso y Ben muere.

La última sesión ante el terapeuta, una confesión. «Lo acepté por lo que era, no esperaba que cambiara, creo que él sentía lo mismo… me gustaba su drama». Un amor digno de Shakespeare que da paso a la canción de Sting.

Dos seres humanos sin nada que perder se entregan por entero, con el resto que les queda, aquí no hay futuro posible ni expectativas, dos personas se brindan por lo que son, ese aquí y ahora es lo único que pueden regalarle al otro.

No cualquier persona experimenta estas emociones en su vida.

Un recuerdo del rostro de Ben y como espectadores quedamos vacíos ante el precipicio.

Ficha técnica

Título original: Leaving Las Vegas

Año: 1995

Duración: 112 minutos

Producción: Estados Unidos

Dirección: Mike Figgis

Guion: Mike Figgis (Novela: John O´Brien)

Reparto: Nicolas Cage, Elisabeth Shue, Julian Sands, Richard Lewis, Steven Weber, Valeria Golino, Laurie Metcalf

Música: Mike Figgis

Fotografía: Declan Quinn

Género: Drama / Romance / Alcoholismo / Prostitución / Cine Independiente

Calificación de «Leaving Las Vegas»: 10/10

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