Critica de «Vivir su vida» (1962), la codena de ser libre

Critica de «Vivir su vida» (1962), la codena de ser libre

Jean-Luc Godard es un director capaz de transformar el lenguaje cinematográfico en una experiencia que trasciende el tiempo, ya sea por su fondo o por su forma. Vivir su vida (1962), la segunda obra suya que veo después de Al final de la escapada (1960), confirma su capacidad para expresarse en cualquier espectro narrativo.

Mas forma que trama

Godard nos sitúa tras los pasos de Nana, una joven que, en búsqueda de su independencia, se adentrará gradualmente en el mundo de la prostitución. En esta ocasión, la cinta no pretende ahondar tanto en la trama, sino que prefiere centrarse en la forma, en la observación del camino de Nana para, de esa forma, capturar su progresiva disolución.

Para lograr esto, Godard, de una forma un tanto experimental, divide la cinta en doce capítulos enunciados con una literalidad sorprendente, evocando más una experiencia casi literaria que una vivencia estrictamente cinematográfica. Un ensayo visual que pretende alejarse de un retrato de la prostitución para imbuirse de una poderosa reflexión sobre la alienación y la imposibilidad de ejercer un mínimo control sobre el destino.

Hablar no basta

Esta visión pesimista de la vida hace que cada conversación creada por el francés sea un alegato sobre la kilométrica distancia que separa el pensamiento de la realidad.

Sobre esta reflexión, destaca la conversación que se da en el penúltimo capítulo, una discusión sobre cómo el lenguaje y la razón nos ofrecen la ilusión de comprender lo que nos rodea, pero sin ser suficientes para alterar el curso de los acontecimientos.

Unos diálogos nihilistas, criticables, pero que supuran una intelectualidad de lo más agradable.

La estética de lo ajeno

Como anticipaba, Godard se torna un tanto más contenido con encuadres estáticos, primeros planos prolongados y rupturas narrativas abruptas que definen con eficacia el distanciamiento vital de Nana con respecto al mundo que la rodea. Y es que el francés sigue influenciado por un realismo documental que funciona con solvencia y que potencia su convicción de romper con ciertas convencionalidades del cine.

Anna Karina, fragilidad e icono

Anna Karina realiza un trabajo que hace gala de una versatilidad que oscila desde la determinación de quien anhela su libertad hasta la vulnerabilidad de aquel que ve la crudeza y hostilidad de la vida. Un retrato donde la belleza y la fealdad son capaces de coexistir sin agredirse. Admirable, además, la referencia de Godard a La pasión de Juana de Arco (1928) de Dreyer, como analogía silenciosa de la tragedia de Nana.

Godard nos entrega un producto final de una belleza fría, pero con la capacidad innegable de conmover, una meditación sobre la libertad, el fatalismo y la propia existencia.

¿Donde ver Vivir su vida?

No he sido capaz de encontrar alternativas de fácil acceso para ver esta cinta en streaming.

Ficha Técnica

Título original: Vivre sa vie: Film en douze tableaux

Año: 1962

Duración: 83 min.

País: Francia

Director: Jean-Luc Godard

Guion: Jean-Luc Godard

Reparto: Anna Karina, Sady Rebbot, André S. Labarthe, Guylaine Schlumberger, Gérard Hoffman

Género: Drama, Nouvelle Vague, Prostitución, Película de culto

Calificación: 9/10

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