El cine mudo siempre ha sido una barrera para mí; supongo que es uno de los defectos inherentes a la época en la que he nacido, una donde los estímulos han de ser instantáneos para satisfacer los receptores de dopamina de un individuo hiperestimulado.
Más allá de reflexiones contemporáneas, Dreyer ha conseguido, 97 años después, que valore lo que es y será una obra maestra.
Un Dreyer atemporal
La pasión de Juana de Arco (1928) llega a resultar inabarcable a nivel semántico; estamos hablando de una transcripción de los sentimientos al cine, una composición visual capaz de plasmar imágenes a la intangibilidad del sufrimiento.
El danés hace del drama judicial de Juana de Arco una experiencia cinematográfica que trasciende su propio género para hacernos testigos del tormento de una mártir a la que “Dios habló, pero la Iglesia no escuchó.”
Juana lo es todo
Maria Falconetti ofrece una de las mejores interpretaciones que yo he tenido la oportunidad de ver en una pantalla. Cada una de las expresiones de la francesa trastoca, aflige y abruma a un espectador hipnotizado por su dolor.
Gran parte del impacto que se consigue es gracias a unos primeros planos que siguen cada lágrima, cada gesto y cada mirada perdida, convirtiendo el rostro de Juana en el campo de batalla del sufrimiento.
La corrupción desde la elegancia
Dreyer realiza un biopic alejado de reconstrucciones fastuosas o narraciones épicas, algo que no consiguió Luc Besson en su Juana de Arco de 1999.
Aquí todo responde a un minimalismo visual que se encarga de centrar la atención en su protagonista. Poco más importa, solo representar la angustia vital de un juicio caracterizado por los defectos de su época, un juicio, en definitiva, carente de justicia.
En relación con esto, el danés representa las instituciones de poder a través de un prisma que evidencia la impunidad de su propia corrupción. Esto lo hace filmando a los jueces con ángulos intrincados y sombras marcadas, dándoles una apariencia cuasi demoníaca, generando una dicotomía entre la pureza de Juana y la malicia retrógrada de unos verdugos disfrazados de jueces.
Un silencio que hiere
Siendo sincero, La pasión de Juana de Arco (1928) solo posee un elemento que la hace difícil de ver, y es el prejuicio de su condición: ser muda. Más allá de esto, Dreyer fabrica un explosivo compuesto de sentimientos y te lo lanza sin piedad, logrando conmover y perturbar a partes iguales.
Es un grito de dolor hecho arte, una herida abierta en el cine que jamás cicatrizará.
¿Dónde ver La pasión de Juana de Arco online en 2025?
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Plataformas donde ver La pasión de Juana de Arco:
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Streaming (suscripción): Filmin, Acontra+
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Ficha Técnica
Título original: La Passion de Jeanne d’Arc
Año: 1928
Duración: 110 min.
País: Francia
Director: Carl Theodor Dreyer
Guion: Carl Theodor Dreyer, Joseph Delteil
Reparto: María Falconetti, Eugene Silvain, Maurice Schutz, Míchel Simon, Antonin Artaud, André Berley
Género: Drama, Histórico, Religión, Cine Mudo, Película de culto
Calificación: 10/10