Carta de una desconocida, dirigida por Max Ophüls

Carta de una desconocida (1948) es fiel al espíritu de la novela

Carta de una desconocida, dirigida por Max Ophüls

Lisa ha vuelto a Viena, donde trabaja en una casa de modas, y por las tardes observa las luces encendidas del ventanal de Stefan Brand, un famoso pianista de quien Lisa, a sus 13 años, fue vecina.

Se mudarán con su madre a Linz. Lisa sólo tenía ojos para Stefan, su amor por entonces platónico, desde que lo escuchó tocar Tristeza, de Chopin. Huye del terminal del tren y lo espera esa última noche en Viena. Está enamorada, pero es una adolescente. Lo espera y observa desde la ventana del hogar que deja atrás, desde el segundo piso ve que Stefan ingresa con una mujer a esas altas horas. Le rompe el corazón antes de partir.

Lisa cumple 18 años y el tiro de cámara del director es idéntico al de aquella vez, pero en esta ocasión es Lisa la que va del brazo de Stefan. Max Ophüls captura las emociones de los personajes, planos envolventes y travellings que acompañan el vigor de la música, siguiendo la partitura clásica de un buen melodrama.

Carta de una desconocida: novela epistolar

Basada en la novela homónima que Stefan Zweig publicó en 1922. Profundiza en el amor no correspondido, destacando su estilo lírico y epistolar, donde a través de una única voz el lector conoce la historia de un escritor que recibe la carta de una mujer desconocida.

El magnífico guion de Howard Koch (La carta, El halcón de mar, Casablanca) mantiene inalterado el espíritu de la novela, lo angustioso del amor que consume a Lisa, interpretada por Joan Fontaine, impecable en las transiciones de edad. Pero el guion dará vida y diálogos al objeto de su obsesión, Stefan Brand, interpretado por Louis Jourdan. En la novela era simplemente el lector de la carta, pero en el filme sus rasgos de mujeriego y egocéntrico están caracterizados con precisión.

En un encuentro tras la ópera, años más tarde, el dramatismo de la cinta nos muestra que Lisa no puede escapar del influjo que ejerce Stefan sobre ella. Acudirá a su casa para confesarle su amor, ese amor que nació desde el primer día. Él mentirá que la estaba esperando, pero en realidad no recuerda a la muchacha de 18 años, ni a la mujer que es ahora, casada con un magnate que acogió al hijo de Stefan como propio.

Brand no la recuerda y actúa de forma seductora, le confiesa que ha dejado de tocar el piano, la pasión se fue y dejó de ser un prodigio. Este pasaje es durísimo en la novela, Stefan no sólo la ha olvidado, sino que la ofende.

Un guion de gran espesor narrativo

Howard Koch dotó al guion de varias capas.

Primero, le agrega cierto moralismo al encapsular la historia en tres horas donde Stefan se medirá en duelo defendiendo su honor. El músico compartió esos encuentros con Lisa, pero para él no tuvieron significado, simplemente la olvidó, constituyendo una más entre decenas de conquistas. Pero los extensos raccontos mientras lee la carta (a veces la voz en off de Lisa), lo han conmovido en esta hora final y le han dado algo de perspectiva. Pensaba huir antes del duelo, pero ahora se despide del mayordomo.

Segundo, en la novela Lisa se transformará en una prostituta de lujo, mientras en el filme rehará su vida luego de dar a luz en un hospital público. Sustituye el salón de baile por una elegante ópera, le quita ese componente patético y el director volverá más dramático el amor no correspondido, Lisa estará dispuesta a perder su posición social. La película juega sus dados en otro entorno social.

Tercero, las escenas de regreso a Viena, a sus 18 años, son más románticas y llenas de detalles, los paseos que comparten realzan ese amor que en la novela es un monólogo dirigido a Stefan. Hay magia en esos instantes. Luego dará a luz (sin comunicarlo al músico) y cuando se reencuentren tras la ópera, la desilusión será un abismo, un darse cuenta de que su amor jamás será correspondido.

Cuarto, la novela es introspectiva al máximo, una declaración de amor delirante, se podría decir que el libro es más dramático, un calvario interno, un amor no correspondido que la ha llevado a la muerte. En cambio, el guion de Howard Koch convierte la historia en un melodrama de exaltación de emociones, aunque uno elegante que filtra de forma excelente su patetismo. Es una historia muy triste, pero contenida en sus excesos y jamás inspira lástima por sus protagonistas.

Quinto, quizás lo más significativo. El protagonista es un músico de cierto prestigio, en cambio, en la novela es un afamado escritor. Creo que el guionista opta por dar un marco al melodrama y la música es un claro detonador de los momentos más álgidos.

La eternidad del instante

Carta de una desconocida (1948) es fiel al espíritu de la novela. El distinto significado que adquiere el tiempo para Lisa, el amor escondido, las horas escuchando Chopin. Todo el recuerdo apasionado, todo el amor se expresa en esa noche de Viena y el hijo será el fruto de ese encuentro. Los sueños de Lisa se reducen a esos momentos, la vida será un transcurso de tiempo para recordar ese instante y el futuro encuentro tendrá una significación desmedida.

Para Lisa el instante lo es todo, la eternidad. En cambio, Stefan es un vividor que acumula experiencias sexuales, nada para él tiene significado. Es un seductor y las palabras que salen de su boca son impostura, el tiempo para él transcurre lento, es tedioso, incluso su pasión por la música se va apagando en lo banal.

El amor no correspondido vuelve dramáticos los eventos, vividos por una persona que se entrega sin reservas. Es una manera tortuosa de amor, en cambio Stefan deja escurrir el tiempo y experimenta un rudimento.

La ausencia de amor explicará su fracaso como concertista, no existe la pulsión de la pasión, quizás el sexto aspecto diferenciador del guion respecto de la novela.

Ficha técnica

Título original: Letter from an Unknown Woman

Año: 1948

Duración: 86 minutos

Producción: Estados Unidos

Dirección: Max Ophüls

Guion: Howard Koch

Reparto: Joan Fontaine, Louis Jourdan, Mady Christians, Marcel Journet, Art Smith

Música: Daniele Amfitheatrof

Fotografía: Franz Planer (B&W)

Género: Drama Romántico / Melodrama / Año 1900 (circa)

Calificación de «Carta de una desconocida»: 9/10

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