Lo que acabo de ver en Netflix me ha pillado por sorpresa. Sí, confieso que no me lo esperaba. Os hablo de «Superestar». La última criatura de Nacho Vigalondo es también la más valiente y bizarra que ha parido en años. Sin duda, estamos frente a una de las mejores series de 2025.
¿Una serie de autor y española en esa plataforma?, al menos hasta el pasado viernes ni una y sin embargo… Por fin, entre la rutina gris y comercial, algo brilla con luz propia. Una de esas maravillosas anomalías que tanto agradeces encontrar de vez en cuando. ¡Más sorpresas como esta, por favor!
Una estrella, su madre y la compañía
Érase una vez, un bolso pegado a una señora y dentro de este, un ladrillo mágico. Símbolo de fuerza y capaz de dotar con poderes a quien lo sostuviera, la señora no se lo pensó dos veces. Así, ella, bolso e hija, empezaron a forjar su propia leyenda.
El primer episodio y quizás el más perfecto, es de un estilo atrevido y original como pocos. En él se nos presenta a la matriarca. Fantástico el papel de Rocío Ibáñez interpretando a Margarita Seisdedos, madre de Tamara y la abnegación hecha persona.
«Superestar» nos cuenta su historia, una ni real ni ficticia, solo su historia. Pero también la de Paco Porras (Carlos Areces), Arlequín (Julián Villarán), Leonardo Dantés (Secun De La Rosa), Toni Genil (Pepón Nieto) y Loli Álvarez (Natalia De Molina). Satélites de la misma estrella, Tamara, en el centro de la galaxia.
Seis capítulos a medio camino entre el humor y la tragedia y en el que se les rinde homenaje. Un homenaje con sabor a justicia poética, tan surrealista como la vida de sus protagonistas y construido desde el respeto que nunca recibieron.

Enorme Nacho Vigalondo
El toque glam de Los Javis, productores de la serie, es más que evidente, pero solo es eso, un ligero toque.
Nada puede con la personalidad de un Vigalondo en estado de gracia que consigue hacer suya la historia. Y se nota que disfruta con ella. Desde su estilo visual hasta el narrativo, entre lo onírico y lo surrealista, el cineasta rompe con la norma de la ficción convencional y se libera. Nos recuerda, por momentos, al atrevido director de «Los Cronocrímenes», su valiente opera prima.
«No es un biopic» repite Vigalondo cada vez que tiene ocasión. «El esfuerzo de entender a los personajes, desde la fantasía, la magia, o incluso la ciencia ficción, ha sido un impulso más poderoso que el de reconstruir una supuesta verdad que compartan todos y que sea objetiva e inamovible»
“Superestar”, nada más surrealista que la realidad
Michel Jackson no está muerto, vive escondido en Madrid alimentándose a base de macarrones. No muy lejos de allí, bajo las sábanas de una cama de matrimonio, se extiende un laberinto de pasadizos secretos, y en la pared de un dormitorio, un simple boquete se convierte en agujero de gusano.
Sueños, pesadillas y fracasos comparten habitación en una pensión barata y con entrada directa al Paraíso. El cuento de «Superestar» es la historia jamás contada de sus personajes.
Desde Santurce a Madrid, viajando en autobús y con su madre, siempre con su querida madre, una niña o mujer según los ojos de quien la mire, se propone cumplir su sueño. En cada mano, una bolsa, 150 copias de su primer CD. Su carta de presentación en la industria, pero no será en ella donde encuentre su gran éxito.
Persona y personaje, realidad o ficción, todo se confunde y nada parece tener límites. Lo que llegó después es tan surrealista que no se puede inventar.
Cuando reírse de ellos era la gracia
Con su imagen andrógina, extraña y diferente, reírnos de ella fue mucho más fácil. Para nosotros, un fenómeno popular de burlas y mofas estaba a punto de nacer. Para María del Mar, Tamara, Ambar y Yurena, fueron, son y serán estrellas incomprendidas luchando por hacerse un hueco en la música.
La sociedad de un país civilizado como el nuestro, rechaza el obsceno circo de la mujer barbuda y la parada de los monstruos. No es aceptable. Preferimos asociarla con un personaje y verla en los programas de máxima audiencia.
Y es ahí, en el año 2000 y con el famoso «No cambié» donde empezó todo. Junto a ella y su madre, el hombre forzudo, el gigante y el enano, los freaks de los años 30 reconvertidos en personajes más cómodos de ver y juzgar. Visualmente acordes con nuestros valores e igual de rentables económicamente.
Frente a nosotros un espejo curvo que nos obliga a mirar. En él, nuestro reflejo. Lo grotesco, el esperpento de Valle-Inclán. Y es entonces cuando una oportuna voz nos consuela. ‘Sin payasos no hay circo’ dice. ‘Tampoco sin público’ contesta alguien desde el plató de ‘Crónicas Marcianas‘. Hay mucho en lo que pensar.
Dónde ver «Superestar»
La miniserie de Nacho Vigalondo, producida por ‘Los Javis’ y protagonizada por Ingrid García Jonsson, se estrenó el pasado 18 de julio en Netflix. Al mismo tiempo que el documental «Sigo siendo la misma», un aperitivo perfecto para entrar en el mundo de Tamara y compañía. Disfrutad de esta ‘historia real’ llena de mentiras.