En la década de los 50 los maestros del cine japonés estrenan películas claves de su filmografía: Yasujirô Ozu filma Cuentos de Tokio (1953); Kenji Mizoguchi de a luz Cuentos de la luna pálida (1953); y Akira Kurosawa dirige Los siete samuráis (1954).
«Cuentos de la luna pálida» transcurre en el siglo XVI. Genjurô y Tôbei dejan a sus esposas abandonadas para cumplir con sus ambiciosos sueños.
La escena fantasmagórica en que los aldeanos surcan el lago junto a sus esposas, en búsqueda del poblado mayor con el objeto de vender las cerámicas a mejor precio, es de tal belleza estética que conmueve y anticipa que la cinta se moverá por cauces de cine fantástico.
Genjurô y Tôbei son dos campesinos ambiciosos, el primero quiere enriquecerse a costa de la guerra civil que transcurre durante el período feudal y el segundo desea convertirse en samurái.
Los valores de Kenji Mizoguchi
La historia se basa en una leyenda japonesa que intenta mostrar los estragos que produce la avaricia en el corazón del hombre.
Kenji Mizoguchi, que desprecia tanto el comercio como la milicia, intenta a través de esta fábula exaltar el valor de la familia.
Genjurô se dejará seducir por la princesa Wasaka y se internará en una vida de lujos junto a un espectro que ha vuelto a materializarse en busca del amor verdadero. Será hechizado y apartado de su mujer, esta última deberá arreglárselas sola con el hijo.
Tôbei, por su parte, huye con el dinero, se compra una armadura y mata cobardemente a un samurái, accediendo al honor de convertirse en uno de ellos.
La familia como núcleo fundamental
Sus esposas son las que pagan los platos rotos, la de Genjurô es asesinada y la de Tôbei es violada. Ambos vuelven arrepentidos luego de asumir sus culpas y darse cuenta de lo que dejaron atrás.
Los encuadres de «Cuentos de la luna pálida» (ver tráiler), unidos a una buena utilización de la música, dan a este melodrama una tonalidad tétrica, profundizada por el claroscuro de su fotografía en blanco y negro.

Para lograr que perdure la familia, los hombres deberán poner los pies en la tierra y olvidarse de sueños inútiles, siendo las mujeres las que aportan inteligencia e instinto de conservación.
La voz en off de la mujer de Genjurô, desde el más allá, supone que su esmero ha rendido frutos, mientras un hermoso plano se despliega tras su tumba.
Ficha técnica
Título original: Ugetsu monogatari
Año: 1953
Duración: 96 minutos
Producción: Japón
Dirección: Kenji Mizoguchi
Guion: Matsutaro Kawaguchi, Yoshikata Yoda
Reparto: Machiko Kyô, Mitsuko Mito, Kinuyo Tanaka, Masayuki Mori, Eitarô Ozawa
Fotografía: Kazuo Miyagawa (B&W)
Género: Drama / Fantástico
Calificación de «Cuentos de la luna pálida»: 10/10