Adaptación de la novela homónima de Bram Stoker, bastante fiel a la versión fílmica de Francis Ford Coppola (1992), con ligeros cambios de guion hacia el final y algunas incrustaciones de la comedia de terror La danza de los vampiros (1967) de Roman Polanski.

En algún instante hace un guiño a El perfume (2006) de Tom Tykwer, aportando algo de humor.

Más que Drácula, la película parece un Frankenstein. Los tonos de comedia no están bien incorporados al guion y se trata más bien de un drama de terror que funciona mejor en la parte de la historia que transcurre en el siglo XXV.

400 años después, las acciones se trasladan a Londres donde Mina todavía no recuerda su antigua encarnación.

Una versión ecléctica y dispersa

El Drácula de Luc Besson (ver tráiler) carece de la frescura que aportó Polanski y es muy errática en la puesta en escena, a veces imágenes de aventuras lejanas (luminosas) y otras más gore (oscuras) de algunas muertes.

No hay consistencia estilística y el material, de verdad, no aporta nada nuevo al personaje. La caracterización de Drácula no se diferencia de la postura de Gary Oldman.

Las actrices son más convincentes que los actores. El papel de Mina (Zoë Bleu Sidel) y María (Matilda de Angelis) aportan personalidad, incluso los flashbacks de Mina no son los habituales.

No queda claro el motivo para haber filmado esta adaptación tan ecléctica y dispersa. La bajada del título alude a “una historia de amor”, supuestamente ese sería su aporte, pero es indudable que la versión de Francis Ford Coppola pertenece a otra liga.

Ficha técnica

Título original: Dracula: A love tale

Año: 2025

Duración: 129 minutos

Producción: Francia

Dirección: Luc Besson

Guion: Luc Besson (Novela: Bram Stoker)

Reparto: Caleb Landry Jones, Zoë Bleu Sidel, Christoph Waltz, Matilda de Angelis, Haymon Maria Buttinger

Música: Danny Elfman

Fotografía: Colin Wandersman

Género: Terror / Drama / Vampiros

Calificación: 6/10