Luz de invierno, dirigida por Ingmar Bergman

«Luz de invierno» (1963), la fe radica en el corazón del hombre

Ingmar Bergman filmó tres películas que conforman la trilogía “El silencio de Dios”. La primera, A través de un vidrio oscuro (1961), una joven que acaba de salir de una institución psiquiátrica; la segunda, Luz de invierno (1963), sobre un sacerdote que ha perdido la fe; y la tercera, El silencio (1963), acerca de la inocencia de la infancia. Estas tres cintas no comulgan entre ellas, salvo en la temática relativa a la presencia–ausencia de Dios.

Luz de invierno comienza con una eucaristía de un pastor protestante celebrada en una iglesia de austeridad extrema y en presencia de unos pocos feligreses. Primeros planos demorados dan cuenta de interrogantes internas de cada uno de los personajes; en estos pasajes iniciales hay contrapicados a ras de suelo que enaltecen a Thomas, mientras celebra el rito del vino y el pan representando la sangre y cuerpo de Jesucristo.

Otro personaje le hace ver al párroco su particular visión de la pasión de Cristo, el sufrimiento en la cruz, pero sobre todo el haber sido abandonado por los apóstoles en el huerto de Getsemaní previo a ser arrestado, esa oración agónica que anticipa la negación de Pedro y la traición de Judas.

Homenaje al cine de Carl Theodor Dreyer

El objeto de esta alusión a la pasión de Cristo es homenajear a Carl Theodor Dreyer, indirectamente a La pasión de Juana de Arco (1928). Ingmar Bergman recurre a la austeridad semiótica del gran cineasta danés, abundancia de planos fijos y primeros planos que reducen el discurso a la mínima expresión de gestos y significados en cada toma. La desnudez formal se traduce en rigor compositivo donde los planos alcanzan la complejidad narrativa que introdujo Dreyer.

En otro pasaje de Luz de invierno, el sacerdote invoca a Dios, “por qué me has abandonado”, al igual que Cristo en la cruz, debido a que Ingmar Bergman ha filmado en estos 80 minutos nada menos que el silencio de Dios.

Una tarea inabarcable.

Sinopsis

El párroco se ordenó por los deseos del padre y se enamoró perdidamente de su esposa. Ella está ausente en el filme, debido a que murió hace cuatro años y ante esa pérdida, Thomas ya no espera nada de la vida y ha perdido completamente la fe.

Thomas en el pasado fue capellán durante la guerra civil española y vio las atrocidades cometidas por el hombre. Mantenía una visión idílica de un Dios omnipresente, pero ante la crueldad de la guerra empezó a dudar de su existencia.

El blanco y negro de Sven Nykvist (colaborador habitual de Bergman) posee una desnudez abismal, complementada por largos silencios, sólo interrumpidos por ráfagas de viento, la ausencia de Dios parece inundarlo todo.

El silencio de Dios

Thomas es secundado por Marta, una maestra que profesa devoción por el sacerdote, aunque es incapaz al demostrar su amor, más que ello, Thomas sólo invoca el recuerdo de su exesposa y su falta de fe le hará imposible amar de nuevo.

Esa falta de amor representa el silencio de Dios de una forma distinta a la desolación de las guerras. El sacerdote recibe a un campesino y le enrostra el vacío infinito, esa tristeza agónica de sentirse abandonado por el Padre. Thomas no imagina que este campesino sólo ve oscuridad en el mundo, no imagina que está a punto de atentar contra su vida.

El suicidio es otra muestra de que Dios lo ha abandonado, su prédica, su fe, en último término sus palabras, incapaces de ofrecer consuelo ante el hombre desesperado y también ante Marta, la mujer no creyente que lo seguiría hasta la muerte.

El campesino dejó atrás a su mujer embarazada. Egoísmo extremo, el niño se criará sin la guía del padre, mismo sentimiento de Thomas que ya no percibe la presencia de Cristo y sin embargo realiza una misa que será una sucesión de ritos vacíos.

El corazón del hombre

Thomas le explicó al campesino que creía en un Dios para él, en su egoísmo no le interesan las oraciones de los creyentes. La muerte de su mujer le arrancó la fe y es imposible transmitir un mensaje de amor.

El silencio de Dios está presente–ausente en todo el metraje, simplemente radica en el corazón del hombre.

La ausencia de Dios es acentuada por la supresión del sol: Luz de invierno es el título adecuado. Las imágenes interiores son lóbregas y en los planos exteriores está siempre nublado y reina el frío.

Las campanadas de la iglesia rompen ese silencio, un llamado desesperado, la mujer devota reza por la existencia de alguna certeza, mientras el sacerdote realiza una ceremonia sin feligreses.

Ficha técnica

Título original: Winter Light

Año: 1963

Duración: 80 minutos

Producción: Suecia

Dirección: Ingmar Bergman

Guion: Ingmar Bergman

Reparto: Gunnar Björnstrand, Ingrid Thulin, Max von Sydow, Gunnel Lindblom, Allan Edwall, Kölbjorn Knudsen

Música: Evald Andersson

Fotografía: Sven Nykvist (B&W)

Género: Drama / Religión

Calificación de «Luz de invierno»: 10/10

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