Ante el inminente estreno de Valor sentimental (2025), resulta pertinente revisar la obra que catapultó a su director a la cima del cine de autor europeo. La peor persona del mundo (2021) trazó un recorrido festivalero notable; una comedia dramática estructurada en capítulos con el fin de retratar a una juventud contemporánea afligida por las vicisitudes a la hora de encontrar un camino vital definido.

Delirio ético

Lo que esperaba como un retrato generacional con los pies en la tierra acaba generando en mí un poso de disconformidad difícil de expresar. Y es que resulta difícil conectar con una narrativa que parece, en ocasiones, validar un comportamiento más que cuestionable bajo el pretexto de la crisis existencial. Da la sensación de que nuestra protagonista se mueve por la vida, tanto en lo profesional como en lo sentimental, tratando a ambas facetas como fases desechables, saltando de una a otra cuando el aburrimiento asoma, aspirando a una quimera imposible: obtener lo mejor de cada experiencia vivida. Esta actitud genera en mí, o en cualquiera con un mínimo de ética, un rechazo inmediato, mientras el director intenta generar una complicidad moral que los actos de ella hacen imposible.

Por otro lado, Trier aborda temas candentes, pero lo hace mediante conversaciones carentes de toda elegancia que se sienten como una intromisión del propio autor predicando a la cámara. Aunque existen momentos fuera de esta brújula ética tan cuestionable que logran dejar cierto hálito de reflexión, el conjunto se ve lastrado por una autocomplacencia diseñada para un público que el cineasta sabe que se sentirá identificado, huyendo de esa forma de las preguntas verdaderamente incómodas.

Muchas luces que distraen

El danés consiguió una puesta en escena innegablemente atractiva; esta funciona como un mecanismo de seducción que reduce y suaviza las aristas del guion. Existen planos de un gusto exquisito y el diálogo visual es fluido, pero lo siento como una herramienta para adormecer el juicio crítico del espectador. En cada segundo de metraje siento que este ejercicio de estilo envuelve un vacío moral que nos distrae con la forma para que no lleguemos a su fondo.

Renate Reinsve, que repite en la nueva cinta del director, entrega una interpretación mayúscula, dotando de una verdad y naturalidad a un personaje escrito para ser detestado; de hecho, muchas veces parece una caricatura. Es una paradoja constante la de esta actuación, ya que te la crees pero sus acciones provocan una apatía profunda hacia su destino.

Naufragio

La peor persona del mundo (2021) brilla en sus virtudes técnicas pero naufraga en su ambigüedad ética. Trier firma una película que confunde imperfección con humanidad, entregando un producto final que en el mundo real no tendría nada de poético.

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Ficha Técnica

Título original: Verdens verste menneske (The Worst Person in the World)

Año: 2021

Duración: 117 min.

País: Noruega

Director: Joachim Trier

Guion: Joachim Trier, Eskil Vogt

Reparto: Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Herbert Nordrum, Silje Storstein, Maria Grazia Di Meo

Género: Comedia dramática

Calificación: 5’5/10